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Una tarde de domingo en el Estadio de Vallecas se convirtió en un verdadero examen para el Barcelona. El encuentro, correspondiente a la jornada 3 de LaLiga 2025-26, arrancó a las 20:30 hora local bajo la supervisión del árbitro Mateo Busquets Ferrer.

Cómo se desarrolló el partido

Desde el pitido inicial, Rayo Vallecano mostró una actitud agresiva. El equipo madrileño se plantó con una presión alta que obligó al Barça a jugar de espaldas a su portería, algo poco habitual para los catalanes que suelen dominar la posesión.

El punto de inflexión llegó al minuto 40. El extremo Lamine Yamal, de 18 años, se deshizo de su marcador y provocó una falta de Pep Chavarría dentro del área. El árbitro pitó penal; sin embargo, a diferencia de la mayoría de los partidos de la liga, el VAR estaba fuera de servicio en Vallecas, lo que impidió cualquier revisión. Yamal ejecutó el tiro con frialdad y celebró colocando una corona imaginaria sobre su cabeza, doblando su cuenta de goles de la temporada.

Barcelona intentó responder, pero el bloque defensivo del Rayo, liderado por Jorge de Frutos y Álvaro García, se mantuvo compacto y aprovechó cada contra. Fue en el minuto 67 cuando Fran Pérez, mediocampista de los locales, encontró la rendición tras una jugada de velocidad que dejó atrás a la defensa blaugrana. El disparo bajo cruzó la línea y selló el empate.

El guardameta del Barcelona, Joan García, se convirtió en el héroe inesperado del equipo. Con una serie de reflejos y decisiones acertadas, evitó que el Rayo marcara de nuevo, especialmente en dos ocasiones en las que la pelota se coló peligrosamente entre los postes.

El empate no solo significó el primer punto descartado por el Barça en la campaña, sino que también dejó una lección clara: la clasificación no está garantizada cuando los rivales combinan disciplina táctica con intensidad física.

En números, el Barcelona salió con 7 puntos tras dos victorias y un empate, mientras que el Rayo Vallecano sumó su primer punto del temporada. Los asistentes, 14.438 en un estadio que parece más íntimo que una catedral, fueron testigos de un espectáculo donde la presión y la rapidez fueron las armas decisivas.

El árbitro Busquets Ferrer concluyó el partido sin mayores incidentes, aunque la ausencia del VAR volvió a ser tema de conversación entre los analistas. La cuestión que queda en el aire es cómo reaccionará el Barcelona frente a equipos que, como el Rayo, saben explotar cada grieta en su estructura defensiva.

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