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De la banca al protagonismo

En la primera mitad de 2024, Lucas Assadi parecía estar a la sombra de sus compañeros. El 14 de marzo, durante el empate 1-1 ante Audax Italiano, el joven de 21 años ni siquiera fue convocado por el técnico Gustavo Álvarez. El entrenador explicó que la selección se basaba en el rendimiento y la constancia en los entrenamientos, y en ese momento Assadi acumulaba apenas 58 minutos en el campeonato local.

Sin embargo, la situación cambió rápidamente. Mientras su tiempo en la liga era escaso, el mediocampista sumó 225 minutos y tres partidos como titular en la Copa Chile, lo que le permitió mostrar destellos de calidad. A pesar de ello, la directiva del club lo consideró un activo subvalorado, incluso cuestionando la presión de otorgarle la camiseta número 10 tan pronto.

El punto de inflexión llegó cuando el veterano Charles Aránguiz tomó a Assadi bajo su tutela. El experimentado internacional no solo le ofreció consejos tácticos, sino también una guía personal que el joven describió como una actitud paternal. Con el respaldo de Álvarez y la mentoría de Aránguiz, Assadi empezó a consolidar su lugar en el once titular.

Impacto en la Copa Sudamericana y futuro del club

Impacto en la Copa Sudamericana y futuro del club

La fase decisiva de la Copa Sudamericana dejó clara la transformación del jugador. En los cuartos de final contra Alianza Lima, en el estadio Francisco Sánchez Rumoroso, Assadi abrió el marcador a los pocos minutos, descolocando al rival peruano y desatando la euforia de la afición azul y blanca. Ese gol no solo fue crucial para el resultado, sino que también le permitió sumar su quinto tanto en el torneo continental.

Con cinco goles, Assadi se coloca igualado con Charles Aránguiz y Juan Manuel Olivera como el segundo máximo anotador de Universidad de Chile en la historia de la Copa Sudamericana, detrás únicamente de Eduardo Vargas, que cuenta con 11 tantos. Este logro lo sitúa por encima de figuras como Isaac Díaz, que cuenta con cuatro goles.

Los números alimentan la discusión sobre la posible reconfiguración de la jerarquía dentro del plantel. Aránguiz sigue siendo un referente de experiencia y liderazgo, pero la capacidad de Assadi para definir partidos importantes sugiere una transición generacional inminente. Su velocidad mental, la precisión en los disparos y la habilidad para aparecer en los momentos críticos hacen que muchos analistas lo vean como el próximo gran talento del fútbol chileno.

Además, la evolución de Assadi tiene repercusiones más allá del campo. Su progreso impulsa la visión del club de construir un proyecto a medio plazo que combine la formación de jóvenes promesas con la competitividad inmediata en torneos internacionales. La relación entre el veterano y el novato crea una especie de puente que permite transferir valores y conocimientos sin perder la frescura que aporta la juventud.

Mientras Universidad de Chile persigue avanzar en la Copa Sudamericana, la figura de Assadi se vuelve cada vez más central. Su capacidad para adaptarse a la presión, responder a la exigencia del entrenador y absorber la experiencia de Aránguiz lo posiciona como una pieza fundamental para los planes futuros del equipo.

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