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El Thunder muestra su carácter y pone contra las cuerdas a Minnesota

Nadie esperaba menos de este partido tras el brutal golpe de los Timberwolves en el tercer juego, donde aplastaron a Oklahoma City con una diferencia de 42 puntos. Pero si algo ha quedado claro es que esta serie está lejos de ser predecible. En el cuarto asalto de la final del Oeste, los Thunder buscaron revancha y la consiguieron. Tras 48 minutos de emociones desbordadas, el marcador cerró 128-126 a su favor, poniendo a Minneapolis contra las cuerdas.

La gran figura fue Shai Gilgeous-Alexander, que rozó el triple-doble: 40 puntos, 10 asistencias y 9 rebotes. Cada vez que los Timberwolves apretaban, el canadiense se encargaba de enfriar el ambiente con su talento. Jalen Williams no se quedó atrás: clavó seis triples en sus 34 puntos y se convirtió en la mano derecha de SGA durante el cierre.

Pero no fue solo cuestión de ataque: la defensa se elevó cuando más hacía falta. Oklahoma supo resistir el envite de Minnesota, que subió la intensidad para intentar igualar la serie. La presión en los últimos minutos fue brutal. A falta de menos de un minuto, los Timberwolves recortaron la desventaja a solo dos puntos y forzaron varias pérdidas, pero la sangre fría del Thunder fue decisiva.

Claves, protagonistas y el futuro de la serie

En los Timberwolves, Nickeil Alexander-Walker sorprendió como máximo anotador con 23 puntos y 6 asistencias. Anthony Edwards y Karl-Anthony Towns trataron de sostener al equipo en la recta final, pero la defensa de Oklahoma cortó cualquier intento de remontada con tapones y rebotes clave en las últimas posesiones.

Resulta llamativo cómo el Thunder logró resurgir justo después de su peor presentación en playoffs. Además de la producción individual, el equipo se apoyó en una rotación corta pero efectiva, con tiros exteriores en los momentos clave y una comunicación casi perfecta en defensa. Tras el partido, el ambiente en el vestuario visitante era de satisfacción, pero también cautela: saben que Minnesota puede reaccionar en cualquier momento.

Enfrente, los Timberwolves se quedan sin margen de error. El juego 5 será todo o nada para ellos. Necesitan ajustar su defensa en el perímetro y encontrar variantes ofensivas que no dependan sólo de los inspirados momentos de sus estrellas. Oklahoma, por su parte, está a un paso de volver a unas Finales de la NBA, algo que no consigue desde la era de Kevin Durant y Russell Westbrook. ¿Serán capaces de cerrarlo o Minnesota tiene preparada una sorpresa más?

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